«ANDALUCÍA» de Manuel Machado.
Cádiz, salada claridad; Granada
agua oculta que llora.
romana y mora. Córdoba callada.
Málaga cantaora.
Almería dorada.
Plateado Jaén. Huelva, a la orilla
de las Tres Carabelas…
y Sevilla.
El genial Manuel Machado en su “Canto a Andalucía” entiende como nadie el alma de los andaluces y en especial de su Sevilla natal. Todas las provincias necesitan adjetivos, todas menos ¡SEVILLA! Es la parte de un todo o el todo de una parte o el todo de todo, que al final siempre me pierdo en definiciones. No sé qué es Sevilla, qué representa, pero Sevilla es así, es… como alguien dijo, «es eso, sólo eso, es SEVILLA»
¿Quién entenderá el alma de los sevillanos? No es nada fácil; sólo la convivencia diaria con ellos hace que entiendas un poquito su forma peculiar de ser. A un sevillano, creo que nunca le entenderás del todo aunque lleves conviviendo muchos años con ellos e incluso él haga todo lo posible para decirte como es por dentro y ofrecerte su amistad. Pero no es fácil. Los sevillanos nunca son indiferentes, se les quiera o todo lo contario y muestras hay muchas. Soy de los aman a Sevilla y quiero a los sevillanos y si son béticos, mejor todavía ¡más arte!.
Adoro a Sevilla y allí quisiera vivir para siempre. Nunca jamás me sentí más a gusto viviendo en ningún otro sitio, pero curiosamente, entre mis más entrañables amigos de Sevilla, solamente uno es sevillano, el resto de Jaén, Córdoba, Extremadura y hasta uno nacido en el Marruecos Español de antaño. Amigas y amigos impresionantes todos. Pero también me resulta imposible olvidar a dos queridos amigos sevillanos de pura cepa: “El Bola” y “Rambo” el “segurata” del polígono donde trabajaba. El primero trianero y el segundo del Cerro. Muchas tardes de domingo en el Sánchez Pizjuan, veíamos el partido del Sevilla los tres juntos y naturalmente GRATIS, ¡faltaría más! estando el Rambo, por medio. Ellos animaban a su Sevilla y yo, en función de lo más conveniente para El Betis. Cosas de Sevilla.
Cuando tienes que alejarte de Sevilla empiezas curiosamente a entender más y más sus cosas y si viviendo allí veías algo que te sorprendía, desde la distancia, lo entiendes todo como normal y sueñas en volver. Todos los días sueño en ello. Añoro Sevilla. Necesito palpar de nuevo Sevilla. Necesito oler Sevilla. Mi alma necesita de Sevilla.
Hay más de 120 óperas e innumerables zarzuelas ambientadas en Sevilla. Desde Verdi a Mozart, Rossini o Beethoven sin olvidarnos de Carmen de Bizet, pusieron música a libretos sevillistas. Por algo será.
Los sevillanos son únicos para sus tradiciones y costumbres, son gentes de corazón noble y abierto pero ¡cuidado! implacables con ellos mismos y con los demás cuando alguien de casa o de fuera se atreve a cuestionar sus cosas con evidente falta de respeto.
Cádiz, salada claridad; Granada
agua oculta que llora.
romana y mora. Córdoba callada.
Málaga cantaora.
Almería dorada.
Plateado Jaén. Huelva, a la orilla
de las Tres Carabelas…
y Sevilla.
El genial Manuel Machado en su “Canto a Andalucía” entiende como nadie el alma de los andaluces y en especial de su Sevilla natal. Todas las provincias necesitan adjetivos, todas menos ¡SEVILLA! Es la parte de un todo o el todo de una parte o el todo de todo, que al final siempre me pierdo en definiciones. No sé qué es Sevilla, qué representa, pero Sevilla es así, es… como alguien dijo, «es eso, sólo eso, es SEVILLA»
¿Quién entenderá el alma de los sevillanos? No es nada fácil; sólo la convivencia diaria con ellos hace que entiendas un poquito su forma peculiar de ser. A un sevillano, creo que nunca le entenderás del todo aunque lleves conviviendo muchos años con ellos e incluso él haga todo lo posible para decirte como es por dentro y ofrecerte su amistad. Pero no es fácil. Los sevillanos nunca son indiferentes, se les quiera o todo lo contario y muestras hay muchas. Soy de los aman a Sevilla y quiero a los sevillanos y si son béticos, mejor todavía ¡más arte!.
Adoro a Sevilla y allí quisiera vivir para siempre. Nunca jamás me sentí más a gusto viviendo en ningún otro sitio, pero curiosamente, entre mis más entrañables amigos de Sevilla, solamente uno es sevillano, el resto de Jaén, Córdoba, Extremadura y hasta uno nacido en el Marruecos Español de antaño. Amigas y amigos impresionantes todos. Pero también me resulta imposible olvidar a dos queridos amigos sevillanos de pura cepa: “El Bola” y “Rambo” el “segurata” del polígono donde trabajaba. El primero trianero y el segundo del Cerro. Muchas tardes de domingo en el Sánchez Pizjuan, veíamos el partido del Sevilla los tres juntos y naturalmente GRATIS, ¡faltaría más! estando el Rambo, por medio. Ellos animaban a su Sevilla y yo, en función de lo más conveniente para El Betis. Cosas de Sevilla.
Cuando tienes que alejarte de Sevilla empiezas curiosamente a entender más y más sus cosas y si viviendo allí veías algo que te sorprendía, desde la distancia, lo entiendes todo como normal y sueñas en volver. Todos los días sueño en ello. Añoro Sevilla. Necesito palpar de nuevo Sevilla. Necesito oler Sevilla. Mi alma necesita de Sevilla.
Hay más de 120 óperas e innumerables zarzuelas ambientadas en Sevilla. Desde Verdi a Mozart, Rossini o Beethoven sin olvidarnos de Carmen de Bizet, pusieron música a libretos sevillistas. Por algo será.
Los sevillanos son únicos para sus tradiciones y costumbres, son gentes de corazón noble y abierto pero ¡cuidado! implacables con ellos mismos y con los demás cuando alguien de casa o de fuera se atreve a cuestionar sus cosas con evidente falta de respeto.
2 comentarios:
Fernando, Manuel Machado pobre poeta, lo que tuvo que sufrir en su viaje al exilio acompañado de su anciana madre que le preguntaba una y otra vez: "¿Cuándo vamos a llegar a Sevilla?.
"Tus amigos", qué arte. Soy del Sevilla F.C., mis padres y todos mis hermanos del Real Betis.
Las personas que vienen de afuera, lo primero qué les llama la atención es la "dualidad", ya sabes:
Sevilla y Betis,
Rancios y progres,
Semana Santa o Feria,
Sevilla o Triana.
No me considero dualista.
Este año va ser un aburrimiento que el Real Betis haya bajado a Segunda, con lo que nos reímos aquí con los "sufrimientos" de unos y otros.
La Semana Santa me encanta, pero cada año parece más una fiesta folclórica que religiosa. Hay años que sólo he ido a ver el Gran Poder salir de su Basílica y vuelta a casa, no puedo con las "bullas", ni con la poca vergüenza.
Un día en el blog de Tellagorri leí un comentario tuyo de la Feria de Abril, decías que era sólo para los "señoritos de antes y los nuevos imitadores de ahora", totalmente de acuerdo. En la actualidad lo mejor es ir a la feria de día, la noche se ha vuelto muy peligrosa con tantos navajeros y botellonas en la misma Portada, a la mayoría nos avergüenzan
esa estampa.
Tú escribiendo las cosas bonitas de Sevilla y yo las fealdades sobre todo las políticas.
Un abrazo.
Pasión, en todas las familias siempre hay alguien que rompa la buena armonía, pero ¿qué le vamos a hacer? Ya sabes que la competiciones más importantes del fútbol mundial son la Copa de Europa (Liga de Campeones) que por cierto, tan bien lo están haciendo los palanganas, y en la juegue El Betis; las demás son secundarias.
¿Sabes dónde vivía en Sevilla? en Eduardo Dato a menos de dos minutos del Sánchez Pizjuán y yo del Betis a más de 3 kilómetros del campo. Claro que como nunca me hice socio tampoco iba a muchos partidos, porque Lopera es Lopera a la hora de poner los precios a las entradas, ¡Joer!, qué vampiro.
La Semana Santa me encanta, la Feria no tanto, sólo iba una noche y eso sí, siempre en vaqueros y polo, me negaba en rotundo a tener que ir de "bonito" con chaqueta, camisa y corbata.
Una vez te hable de lo que fue y sería mi blog nuevo si decidía abrirlo. Siempre dejando al margen los temas políticos y totalmente abierto para que el qué quiera participar (siempre serán mínimos) escriban haciendo alusión a lo que he escrito o un discurso totalmente nuevo y sin tener la más mínima relación con mi comentario. Abierto a lo que cada uno quiera decir siempre que se salven los buenos modales.
Seguiré con él, aunque sé que voy a tener poca participación, pero no importa, contaré con la tuya, estoy seguro, y la de alguna amiga/o más. Suficiente porque los que escriban en este rincón siempre serán las y los mejores. No todos entenderán ¡qué coño! se puede leer y escribir aquí. No va a interesar a casi nadie y eso es precisamente lo que busco en estas páginas, aunque egoístamente me gustaría verlas llenas de comentarios.
No sé si me he explicado, si me entiendes, porque yo mismo tampoco sé si me explico o me entiendo.
Termino, cuando tengas mala leche, piensa siempre en el olor a azahar de los naranjos sevillanos, en los de tu ciudad; se te ensanchará el corazón y querrás seguir viviendo con más entusiasmo.
Gracias, Pasión, por tus visitas. Seguiré hablando de Sevilla.
Un abrazo.
Publicar un comentario