domingo, 25 de octubre de 2009

COLEGIO DE LA SALLE, BURGOS.

Me conocéis y seguro que ya os habéis dado cuenta de que me gusta vivir y disfrutar con mis recuerdos y mis anécdotas. Sé que abuso de vuestra paciencia diciendo siempre lo mismo. Pero algunas dejaron una huella que nunca ha desaparecido ni quiero que desaparezca.


Año de 1960. Colegio La Salle de Burgos, cualquier domingo de Mayo. Primeras Comuniones de los párvulos. Patio del colegio.


El recinto donde pasábamos los recreos y donde algunos mayores, la mayoría, nos solíamos perder por los wc. a fumar; el resto a jugar en las dos pistas de baloncesto, o en la de balonmano e incluso en otra zona de hockey patines. Era un patio grande y todo él estaba asfaltado.


En aquellos años no eran muchas las familias que tenían coche, ya se empezaban a ver los “600” y en esos días de comuniones las puertas del patio se abrían para que se pudiera aparcar en las zonas de juego cuantos coches hubiere en el colegio. Así lo vi el año que pasé allí, pero supongo que siempre era igual y cuando llegaban aquellas fechas, se hacían en el colegio dos grupos de más o menos igual número de chavales que hacían la Comunión. Se celebraban en dos domingos consecutivos.


Llegó el primer domingo señalado y con él el primer grupo de Comuniones. Lo recuerdo perfectamente había en el patio mientras se celebraba el acto religioso dos (2) SEAT Seiscientos y dos taxis. Cuatro coches en total. Los demás niños, supongo que vendrían andando con sus padres desde sus casas o en los autobuses urbanos que paraban junto al colegio.


Domingo siguiente. Segundo y último grupo. El patio se llena de coches, prácticamente ocupan la mayoría del asfalto. No puedo precisar si eran 60, 80 más o menos. No los conté y bien que lo siento ahora después de tantísimos años no haberlo hecho. Pero viendo lo que veía lo tuve claro y alguna fibra se empezó a mover dentro de mi.


Creo que pensáis igual que yo. No tengo la menor duda. Los frailes de las Escuelas Cristianas, habían hecho dos grupos en función del poder adquisitivo de los padres. Por un lado y en ese primer domingo, los pobres que en aquella época había muchos, todos juntos en el turno de los parias menos favorecidos y en el siguiente los hijos de los importantes de la rancia sociedad privilegiada de Burgos. Muchos coches en el colegio y trajes de comunión de más fino tejido, de más precio y calidad ¡faltaría más! Las mamás, papás y hermanos, más de lo mismo., acorde con su categoría social. Nada nuevo que no hayan hecho siempre la Iglesia y sus gentes. Les encantó y les encanta estar al lado del poderoso, del rico del poder del dinero.


En fin, disculparme de nuevo por ser como soy, muy amigo de hilvanar una cosa con otra. Ahora me viene el recuerdo de esos Obispos, Arzobispos y Cardenales apegados escandalosamente a lo terrenal siempre al lado de los poderosos, de las pijas, y superpijas duquesas, marquesas y condesas que tanto adornan las Iglesias y especialmente los rastrillos de “caridad” donde nunca falta una cámara de TV para dar fe de su generosidad y entrega a los demás sobre todo en Navidad, pero si al día siguiente no hay publicidad televisiva o fotográfica, se acabó su farsa y comedia. Gratis no hacen nada. Hasta creo que San Francisco de Asís sentirá vergüenza ajena y propia al ver a alguno de sus hijos franciscanos convertidos en narcisistas Cardenales.


Pero volviendo al principio y para terminar, os aseguro que me dejó huella profunda aquello que vi y viví en primera persona. Fue el principio de una autorreflexión muy crítica sobre la Iglesia Católica, su doctrina y su Dios.


Saludos.



5 comentarios:

Pasión dice...

Fernando, ¿estás en la foto?, qué graciosos y guapos son los niños, me gustan más son más nobles que las niñas, por lo menos los míos.

El día de mi Primera Comunión, no es broma, lo escribo totalmente en serio, fué uno de los días más felices de mi vida. Soy la tercera de cuatro hembras, el traje de comunión heredado de mis hermanas mayores, precioso, mi madre es muy sencilla pero con buen gusto.

Lo celebramos en el patio de la casa de mis padres, vinieron toda la familia por parte de madre y algunos amigos, chocolate y dulces, tapas exquisitas cocinadas por mi madre y mis tías, todo en plan sencillo, duró la fiesta hasta las 23h. de la noche, el traje me lo quité llenito de manchas, estaba negro y ese fué su último día.

Como estudié en un colegio público, esas "diferencias" que tú nos cuentas yo no las he conocido, el cura D. José buenísimo solía ir a las casas para felicitarnos y de paso se tomaba un refrigerio, todo muy familiar.

Mis hijos han estudiado en un colegio católico concertado en frente del Campo del Real Betis, ahora son "agnósticos", en sus Comuniones tampoco he visto nada raro la verdad, al contrario, nos decían que fueran lo más sencillo posible.

Hay padres que son el colmo. En la de mi hija nos quedamos alucinados, a los padres de una de las niñas no se les ocurrió otra cosa que vestirla como una "novia" y recogerla en la Iglesia del colegio un coche de caballos, ese fué el último que se celebraron comuniones en el centro escolar.

Un abrazo

Elena dice...

Fernando, has hecho que recuerde mi Primera comunión.
Hacía un día de perros, más frío que en Burgos, je,je.
...pero no te lo voy a contar, me has dado una estupenda idea para contarlo en "El Callejón".

Un fuerte abrazo.

Fernando dice...

Hola, Mª José. La foto está bajada de Internet. Creo que era también de 1960 pero de los frailes de La Salle de Alicante. Nada que ver.

Afortunadamente las cosas han ido cambiando, unas a mejor y otras lo contrario pero hay situaciones pasadas que no se dan ya.

Lo mejor de todo, lo que comentas respecto a tu primera Comunión y la de tus hijos. La presidió la normalidad.

Hace dos años estuve en una Comunión de un sobrino-nieto. ¡Joer!, han cambiado tanto las cosas que hasta parecía aquello una fiesta mitin de un predicador Made in USA. Tampoco me gustó las chorradas extravagantes que cura hacía. ¿Cuándo aprenderemos todos a ser normales?

Lo de los cochecitos de caballos en Sevilla...En fin hay siempre que respetar los gustos de las personas y si a ellos les hacía felices, ¿qué podemos hacer? Pues eso, nada. El día que se case esa niña, su padre “tira la casa por la ventana”.

En fin, a pesar de todo siguen los milagros. Los curas llevan dos mil años representando la misma obra de teatro todos los días y no les faltas espectadores. No sé qué pensar.

Un beso.

Fernando dice...

Elena: Todito te lo consiento menos una cosa y es que digas que hacía más frío que en Burgos. ESO ES IMPOSIBLE.

Burgos está a casi 1000 m. de altitud y donde yo vivo a 440, así que la diferencia a la hora de hacer frío se nota. Pero el año que pasé allí bien que lo recuerdo, entre otras cosas, por el frío.

Esperaremos a lo que nos cuentas cómo fue tu Primera Comunión.

Un beso.

Fernando dice...

JAVIER: Ellos siempre se escudan en lo que dijo San Pablo: «QUIEN VIVA DEL ALTAR, COMA DEL ALTAR» y ya sabes, a cobrar por todo; aunque últimamente parece que han debido suavizar esos temas, pero como nunca han dejado en el armario sus disfraces camaleónicos, no son de fiar

Solamente estuve un año en Burgos pero es cierto que se palpaban esas desigualdades. En este Colegio sé que los que servían las mesas a los internos eran trabajadores que hacían ese trabajo a cambio de la comida diaria. Pero sé que en otro colegio de monjas las becarias externas entraban por otra puerta diferente a las de "pago". Ya sabes, no fuera a ocurrir que las contagiaran.

Aspectos de una Iglesia predicadora de la igualdad, que me ofenden y repugnan y que espero ya no se den, aunque me temo que nunca dejarán e darse.

Y lo que me cuentas de los jesuitas, pues me lo creo todo. Buenos pájaros están hechos. Hasta Arzalluz cayó en sus redes.

Pero además ¿Qué años hace que se abolió la esclavitud en la América hispana que tan gentilmente existía con el consentimiento de la Iglesia Católica? Ellos siempre presentes en todo.

Como siempre un cordial saludo.