Dos por el precio de uno.

COSAS DE VASCOS.

Parece que es el triste sino de estas personas. Por un motivo u otro siempre en candelero y nunca por algo por los que se les pueda aplaudir. Todo lo contrario. Siempre la violencia e insultos presidiendo sus actos.

La última o penúltima, a estas horas seguro que ya hay nueva majadería, son las declaraciones de otro vasco, diciendo algo tan estúpido como que: “No es lo mismo pastorear a ovejas lachas que a ovejas burgalesas” en referencia al nuevo obispo en Guipúzcoa, y aunque lo dijo con aires despectivos, es la norma habitual de la casta vasca, en esta ocasión le quiero dar la razón. No es lo mismo un vasco que un burgalés, un castellano, un leonés, un murciano o un andaluz etc. etc. Afortunadamente no es lo mismo. Para nada somos iguales. No vivimos ni respiramos la misma barbarie, no compartimos la crispación que en esa sociedad vasca se la implantado. Aquí no hay grupos terroristas como tienen ellos, aquí no andamos todo el día mirando de qué forma podemos trincar el dinero de los demás. No ponemos una vela a dios y otra al diablo. Nosotros sí somos españoles y por eso no necesitamos ser españoles cuando tenemos problemas y no la despreciamos aunque lo hagamos de los políticos impresentables que nos gobiernan o están en la oposición. Pero no olvidemos que tanto ZP y sus monaguillos como Rajoy y acólitos, pasarán porque afortunadamente todos son aves de paso.

Domingo 22 de Noviembre, hace dos días. En Vitoria, partido de fútbol entre el primer equipo e la ciudad, Deportivo Alavés y un equipo de la provincia de Burgos. Mientras las cosas iban bien para los alaveses todo normal, tranquilidad. Pero cambió la suerte y toda la borregada vasca al unísono empezaron con los supuestos insultos. El más grave para ellos era llamarnos (presencié en el campo el partido) “ESPAÑOLES” ¡Qué majaderos los vascos alaveses! ¡Qué cortos de mente! Hasta en eso son tontos. Estaban reconociendo la superior cultura española, educación, grandeza y ellos, pobrecitos, lo hacían queriéndonos ofender. Qué pena, se les olvidó ·”insultarnos” también con lo de “CASTELLANOS” hubiera sido un remate precioso y además merecido. Al final y como perdieron los vitorianos el partido, más de lo mismo a la salida. Más insultos, heridos por pedradas que lanzaron los valientes vascos vitorianos, autobuses con lunas rotas… lo habitual, nada que no sea normal en este violento pueblo vasco.

Su flamante e ineficaz policía, que pagamos el resto de españoles, no se olvide, más o menos de vacaciones.