domingo, 1 de noviembre de 2009

Iraq, seis años después.



Han pasado más de seis años y la matanza de civiles continúa un día sí y otro también en Iraq. Por eso y aunque estos comentarios los leen muy pocas personas si alguno de ellos fue de los que pregonaba y justificaba el “SI A LA GUERRA”, me gustaría preguntarle la sensación que tienen ahora viendo lo que todos podemos ver.


Más de un millón de muertos, la mayoría iraquíes, millones de mutilados, un país desolado, con infraestructuras destruidas por la guerra. Sin reconstruirse ni los buenos hospitales que tenía, ni las escuelas ni las universidades, ni el tejido industrial y social que había en la época de Saddam, el monstruo de todos los monstruos según los amigos del SÍ A LA GUERRA. Un país donde todos los días mueren en atentados cientos de personas, un país donde las mujeres han tenido que volver al velo y pasado mañana al burka por culpa de los fanáticos islamistas religiosos. Un país sin esperanza, sin porvenir, ni futuro; pero eso sí, rico y con petróleo y enriqueciéndose muchos a su costa. No era baladí el grito de muchos que apostaban por el NO A LA GUERRA, cuando denunciaban que esa guerra se había convertido en un intercambio de petróleo a cambio de sangre humana, tan roja y no menos digna que la nuestra.


Hoy nos rasgamos las vestiduras por el islamismo radical que avanza y avanza como mancha de aceite y nos olvidamos de tantas cosas que ocurrieron hace seis años.


Un país donde los niños se mueren por hambre y falta de atenciones médicas. Un país donde los hospitales no existen. Un país que era ejemplo por la sanidad que tenia en tiempos del “malvado” Sadam. Un país que tenía un nivel altísimo educativo impartido en sus colegios y universidades y con unos centros de aprender y saber que eran un ejemplo único en el mundo árabe, que no en el fanático musulmán.



Un país que había que destruir para enriquecerse luego reconstruyendo; para quedarse con su petróleo y sobre todo porque era un nido de armas de destrucción masiva. Por cierto ¿Dónde están esas armas? ¿Aparecieron? ¡Qué vergüenza! se manipularon y se cambiaron las interrogaciones del informe, donde figuraban que eran meras sospechas por signos de exclamación afirmativos.


Se agolpan mis recuerdos; veo sus caras, sus nombres, sus miradas de los señores del «SÍ» a la guerra. Les señalo a todos con el dedo y les digo: Tú; tú, tú y tú también y todos los demás ¿estáis orgullosos, vuestra conciencia está tranquila por el apoyo que disteis al terrorismo de estado internacional y legal, para destruir una nación y un pueblo? ¿Me decís un solo aspecto, uno solo sería suficiente , en el que Iraq ha mejorado tras la guerra?


¿Creéis que era necesaria la guerra en Iraq? Y sí lo creéis y alguno de vosotros, los que ayer, hoy o mañana justificasteis el «SI» quiere contestar; ¡qué lo haga por favor!, pero con argumentos reales y no con hipótesis y ambigüedades que al final no son más que botes de humo de colorines. ¿Alguna vez os parasteis a pensar en el pueblo Iraquí es el que más ha sufrido, sufre y seguiré sufriendo esta barbarie de atrocidades día a día? Esas madres que ven morir a sus hijos, esas familias rotas para siempre. ¿Es que acaso no se os abren las carnes al ver tanto dolor? ¿Todavía creéis que mereció la pena la guerra? No me vale lo de la ONU, porque es una institución inoperante e ineficaz, sumisa a los intereses y dictámenes de los EEUU. Sus miembros siempre apoyarán lo que le interese el amo del mundo, el criminal de guerra como lo es el presidente Bush. ¿No os repugna verles sonreír en la foto a él y a sus dos perros falderos, mientras preparaban una carnicería humana?


Cada día estoy más convencido, que no estando bajo la bandera de partido alguno, bajo ninguna sigla vendida siempre al poder de turno… íbamos miles de ciudadanos independientes, sin ataduras políticas, pidiendo el cese de la guerra y de esa matanza. Y Gritamos con fuerza «NO A LA GUERRA» y lo hicimos en Sevilla, en Madrid y en todo el Mundo y en la calle San Fernando de la capital hispalense delante de la sede del PP y en la plaza de España en la delegación del Gobierno Central y delante del consulado de USA, mientras Aznar y compañía seguían hablando de la existencia armas de destrucción masiva, de armas químicas del pérfido Saddam.



Y orgullosamente tristes caminamos bajo un sol primaveral, las más de 70.000 personas que recorrimos la distancia desde El Puerto de Santa María hasta Rota para protestar por la guerra en las puertas de la Base Americana. Muchos, la mayoría, fueron caminando al son borrego y pesebrero de sus siglas y de sus organizaciones, ¡maldita sea la gracia! no sé qué pintaban allí aquel domingo muchos de ellos, cuando llevaban muchos años sin aparecer en las anteriores concentraciones contra la presencia norteamericana (claro, esta vez había cámaras de TV). Pero éramos muchos los que pedíamos el fin de la guerra y reclamábamos que cesara la sangría de seres humanos. Lo hacíamos, sin ninguna atadura, bajo la bandera limpia sin símbolos; sólo nos arropaba la de nuestra propia conciencia en nombre de un MUNDO sin guerras.


Pero la guerra de Iraq empezó hace seis años y desgraciadamente continúa. Hoy, desde el recuerdo de aquellos trágicos días ¿Alguno se atreve a decir que estabais en posesión de la verdad y que la guerra era una necesidad, al tiempo que nosotros los del «NO», éramos los equivocados?


Cordiales saludos.



5 comentarios:

Alvaro Tilo dice...

Me uno al recuerdo por los muertos de la guerra de Irak.

Elena dice...

No justifico esta guerra ni ninguna, pero tampoco pondría la palabra malvado entre comillas para referirme a Sadam.
Que le pregunten al pueblo kurdo, ellos sufrieron las atrocidades del dictador en sus propias carnes y en las de sus hijos.

Yo no dije SÍ a la guerra, pero hubo mucha gente que dijo NO sin convicción, comprados y al servicio del PSOE, y ahora son incapaces de movilizarse en contra de la de Afganistán, ¿acaso los muertos afganos son menos que los irakís?

Un abrazo.

Fernando dice...

Gracias Álvaro por tu visita. Creo que los coincidimos en este tema sobre Iraq.

¿Vives en C. y L.?

Saludos

Fernando dice...

Elena, en estas páginas y en diferentes comentarios he dejado bien claro mi rechazo a cualquier guerra. Ninguna está justificada, pero todavía menos la de Iraq. Al menos esa es mi opinión.

Igualmente he dejado siempre muy bien aclarado o al menos eso he intentado, mi independencia respecto a Partidos Políticos. No creo en ellos, no creo en los políticos (NINGUNO), por tanto difícilmente puede participar a su lado.

En las acciones que participo siempre son por pura convicción personal al margen de que intenten manipularlas los que viven de la política, como ocurrió con el NO A LA GUERRA y ahora con SI A TODAS LAS GUERRAS.

Camino por libre y nadie conseguirá atarme ni doblegarme a pesar de mis años.

Elena, gracias por tu visita y por expresar tu opinión.

Abrazos.

Fernando dice...

Hola, Elena, al final no hice comentario al tuyo sobre Saddam y los Kurdos.

Este pueblo sin patria que ocupa parte de Iraq, Irán y Turquía, siempre ha sido incómodo para el mundo Occidental, por estar precisamente en unos territorios que se pueden considerar bélicamente muy calientes. Desde hace mucho tiempo siempre están en el punto de mira principalmente de Turquía e Iraq.

Está claro que Saddam, nunca hubiera realizado la matanza de kurdos sin contar con el consentimiento directo de EEUU y Rusia e indirecto de los turcos y sabiendo que en la Unión Europea mirarían para otro lado.

La mejor confirmación de esta realidad es que cuando se produjeron las muertes, el mundo occidental oficial, solamente protestaron muy tímidamente, algo totalmente calculado y pactado.

Todo el mundo los quería controlados y nadie mejor que Hassan para hacerlo, como ocurrió años antes con las a guerras de Irán e Iraq, en la que los EEUU y Rusia armaron hasta los dientes a los iraquíes para que entraran en guerra contra Irán y así intentar frenar el avance religioso musulmán. Nada nuevo que no se sepa. Saddam fue durante mucho tiempo el mejor aliado en la zona de los intereses de USA.

Saddam fue el que apretó el gatillo, es cierto, pero no el que cargó el arma.

Gracias por leer mi opinión.

Saludos.