sábado, 23 de enero de 2010

También te puede ocurrir a ti, no lo olvides.



Tenemos algunos remedios caseros que resultan infalibles cuando necesitamos averiguar ciertas cosas.


Uno podría ser un alcoholímetro personal al alcance de todos para medir nuestro grado de alcohol en la sangre después de una noche de juerga con los amigos. Recuerdo un día haber contado algo.


Es muy sencillo de usar y totalmente gratis. Llegas a tu casa, sobre las 4 de la madrugada y te dispones a entrar; sacas la correspondiente llave y como si fueras un valiente torero te perfiles para introducirla por la ranura de la cerradura de la puerta. Si aciertas a la primera y sin ayudarte con la otra mano, te debemos felicitar porque has tenido una noche muy agradable con los amigotes y has sido muy moderado en la ingesta de alcohol. Si lo consigues a la segunda intentona, te has pasado un poco y has abusado algo más de debido de los cubatas o güisquis, pero es bastante aceptable tu comportamiento. Pero ¡joder! como no aciertes a la tercera, cuarta y sucesivas veces y tengas que ayudarte de la otra mano para que te sirva de guía; lo tienes claro, mal rollo, malísimo. Estoy seguro que alguien que tiene el sueño muy ligero y anda pendiente de tu hora de llegada y ha escuchado tus intentos fallidos, puede estar ya al otro lado de la puerta, con la bata puesta y en la mano derecha con la sartén o el tradicional rodillo de amasar de los tebeos, para darte bien en la cabeza, llevarte hasta la ducha de agua fría, dejarte en remojo media hora y después a dormir, con suerte al sofá y sin ella, a la terraza.


Si alguna vez, merecidamente te ocurre lo mismo a ti, no digas que no estabas advertido.


El segundo invento (el ejemplo no es nada nuevo) para averiguar quien manda en casa es saber quien tiene en su poder y exclusividad el manejo del mando de la TV. En mi caso, le tiene quien le tiene que tener, es decir, YO NO LO TENGO, como ya habíais adivinado. Hasta ahora el que TVE tuviera publicidad me venía muy bien sobre todo los sábados por la noche. Durante esos minutos, menos da una piedra, me dejaban momentáneamente el mando y aprovechaba para ir corriendo a la SEXTA y mirar un poco el partido que estaban televisando. Del resultado final me tenía que enterar por la radio pero mis pocos minutos de visión de las jugadas futboleras, no me los quitaba nadie. ¿Ahora qué? Ahora se jodió el invento, al no haber cortes publicitarios y quedarme sin disculpas para pedir el mando y cambiar de canal unos minutos. Así que desde aquí, me uno a todos los que sufrimos el mismo problema (no voy a ser el único, eso espero) y debemos pedir, a quien sea, que a TVE vuelva cuanto antes la publicidad, al menos los fines de semana. Es un atropello lo que han hecho con esa cadena y estoy dispuesto a mandar una carta de súplica y apoyo al mismísimo Rey.


¿Alguien me secunda?

6 comentarios:

Elena dice...

Jajajaja...., ay, pobre Fernando.
Yo siempre acierto con la cerradura de la puerta, demostración indiscutible de que nunca me he emborrachado.

En el segundo caso, me suelo salir con la mía y veo en la TV lo que quiero, jeje..., Pero si alguien tiene empeño en ver algo, soy muy comprensiva y lo dejo.

En cuanto a los anuncios, me da lo mismo, porque no veo casi nunca la primera.
Lo siento, pero no te voy a apoyar para que pongan publicidad, jijiji...

Buen fin de semana, y que tengas suerte con el fútbol.

Fernando dice...

Hola Elena. Estaba seguro que nunca habrías necesitado más de un intento para que la llave entrara en el sitio adecuado. Por mi parte, rara vez he necesitado un par de intentos para entrar en casa y de tres o más, creo que nunca.

En cuanto al mando de la TV, tampoco ponía en duda quien era y es, en tu caso y en tu casa, la única y legítima dueña del mismo; aunque con agrado leo lo que nos cuentas de que en algunas ocasiones, muy especiales supongo, eres muy comprensiva con los demás y cedes momentáneamente el mando, el bastón y signo del poder doméstico televisivo. Pero sin maldad, por mi parte, me dejas preguntarte… ¿Lo haces solamente cuando está la publicad? Entenderás que pudiera haber un ligero e importantísimo matiz diferenciador.


Buen fin de semana.

Un abrazo

Mª Ángeles dice...

Oye, es cierto. Yo también aprovechaba el interminable intermedio para ir al baño, lavarme los dientes, recoger ropa planchada, sacar cacharros del lavavajillas y un largo etcétera...
Al contrario que muchos españoles,estoy en contra de esta medida del gobierno, pero a tí y a mi y a otros tantos no nos queda otra que ajoyaguantarnos, eso sí, y rascarnos el bolsillo un poco más para pagar a los señores de la tele. Si hay que ir a hablar con el rey se va, ein!
Saludos

Fernando dice...

Hola, Mª Ángeles, ¡qué cunda el ejemplo! De momento somos dos pero seremos muchos más y lucharemos sin tregua para hacernos escuchar. Otra cosa diferente será que nos hagan caso que me temo no nos harán ninguno. Aprovechando que este cuaderno no tiene exceso de visitantes, todo lo contrario y por ese motivo apenas leerán mi confesión de atreverme a decir que ver "Águila Roja" sin cortes es una bendición. Pero eso queda entre tú y yo; aunque los sábados y el partido de la Sexta es otra historia.

Buen fin de semana. Un abrazo.

Pasión dice...

Me sumo a lista de los que estamos en contra de que hayan quitado los anuncios publicitarios en la Pública la que pagamos todos, nos van acribillar a impuestos y las privadas (telebasura en mi opinión), serán las que se beneficien.

Fernando, en la actualidad la cosa está más serena, pero en mi casa a la hora de almozar había peleas por el "mando" y siempre por el fútbol, tres jovencitos contra una jovencita y sólo un televisor.

Siempre he preocurado que la vieran lo menos posible, hasta la escondía cuando eran pequeños.

Para que todos tuviéramos la oportunidad de verla, hacíamos "turnos", claro que mis hijos son muy nobles, en comparación a lo que veo y leo de otros jovencitos, y además porque estaban ocupados y disponían de poco tiempo para verla.

"Lo de la llave en la puerta", je,je, muy bueno, para el que no conduzca, de eso me he librado, desde los dieciocho años no he parado de conducir, así que pocas juergas. Un abrazo

Fernando dice...

Hola Pasión: Ya veo que lo de la disputa del dichoso mando es un tema muy arraigado, generalizado y de difícil solución. Habrá que buscar soluciones imaginativas como puede ser los turnos que nos comentas aunque no sé si a la larga no generará también alguna discusión.

Algunos lo han arreglado de la forma más triste y desesperanzadora que se puede imaginar al romper los pocos momentos familiares de los que podemos disfrutar. Más o menos han puesto una televisión para cada uno y me parece horrible, teniendo en cuenta que casi todos pecamos de hablar poco entre nosotros.

Recuerda que un fallo en acertar a meter la llave por la ranura de la cerradura está permitido, así que de vez en cuando, alguna pequeña, modesta y controlada alegría al cuerpo nos podemos dar.

Un abrazo.